Ni con uno ni con otro, pero los dos no son iguales. Este podría ser el resumen de la esperada conferencia de prensa en la que el candidato centrista François Bayrou, árbitro de la segunda vuelta del 6 de mayo con su 18,55% de los votos, anunció ayer que deja libertad de voto a sus electores. Además, confirmó la creación antes de junio de una nueva fuerza política, el Partido Demócrata, que se presentará a las legislativas en las 577 circunscripciones de Francia.

Bayrou subrayó los defectos o las carencias tanto de Nicolas Sarkozy como de Ségolène Royal, pero aceptó el debate "público y abierto" que le ha propuesto la candidata socialista, dijo. Bayrou recalcó que aceptaría igual dialogar con el aspirante de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) si se lo ofreciese.

Preguntado sobre qué iba a votar él, contestó: "No sé lo que haré. Empiezo a saber lo que no haré". La afirmación se entendió como que en ningún caso votará a Sarkozy, ya que hizo notar que no había puesto a los dos candidatos en el mismo plano. Bayrou, líder de la Unión por la Democracia Francesa (UDF), agregó que su voto dependerá del debate con Royal, si se celebra, y del que los dos candidatos mantendrán en televisión el 2 de mayo. "Hablaré después del día 2 y diré lo que voto".

LOS MALES DE FRANCIA Bayrou identificó los tres grandes "males" de Francia: una democracia enferma por la confiscación del poder, la falta de pluralismo y la escasa separación de poderes; un tejido social desgarrado por la pobreza, la falta de vivienda y las discriminaciones; y una ausencia de crecimiento económico, que crea paro y marginación.

Bayrou dijo que ni Sarkozy ni Royal van a resolver esos problemas, sino a agravarlos. "Sarkozy por su proximidad con los medios financieros y las potencias mediáticas, por su gusto por la intimidación y la amenaza, va a concentrar los poderes como nunca antes. Por su temperamento y por los temas que atiza, existe el riesgo de agravar el desgarro del tejido social, sobre todo llevando una política que favorezca a los más ricos", dijo en una dura crítica al candidato.

Con Royal fue más suave. "Parece mejor intencionada en materia de democracia, aunque el Partido Socialista no hizo nada cuando estuvo en el poder para corregir estos males", dijo. Pero censuró su programa "por multiplicar las intervenciones del Estado, perpetuando la ilusión de que el Estado puede ocuparse de todo". Una hora después, Royal afirmó que había observado "convergencias" con Bayrou y propuso que el debate sea el viernes ante la prensa regional.