Unos 35.000 belgas, en su gran mayoría francófonos, se manifestaron ayer por el centro de Bruselas para defender la unidad de Bélgica, ante el temor de que la crisis política actual degenere en una división del país. Bélgica lleva 162 días sin Gobierno debido al enfrentamiento entre partidos flamencos y francófonos sobre la reforma del Estado y la ampliación de poderes que exige Flandes.

"Por la unidad", rezaba la pancarta que encabezaba la manifestación en francés, holandés y alemán (las tres lenguas de Bélgica). La marcha iba precedida por una bandera belga gigante que sostenían varias familias. Y cientos y cientos de banderas belgas de todos los tamaños ondeaban detrás, a lo largo de la interminable marea humana.

COLORIDO El negro, amarillo y rojo de la enseña nacional dominaban la marcha. Quien no sostenía una bandera, la portaba como una capa, llevaba un gorro con los colores nacionales o se había colocado un fajín tricolor. Muchas mujeres se habían pintado tres barras con los colores nacionales en las mejillas o habían combinado su vestimenta para formar los colores de la bandera.

Los manifestantes cantaron la Brabançone , el himno oficial del país que el encargado de formar Gobierno, el democristiano flamenco Yves Leterme, aparentó desconocer el día de la fiesta nacional. "La unión hace la fuerza", indicaban varias pancartas bilingües. "No toques mi Bélgica" o "Yo amo a Bélgica" eran otros distintivos frecuentes.

Aunque había una nutrida presencia flamenca, la manifestación fue mayoritariamente francófona y joven. Los políticos flamencos estuvieron ausentes, mientras que sí participaron destacados políticos francófonos a título personal.

"Mi apuesta ha sido un éxito", declaró contenta Marie-Claire Houart, una funcionaria de Lieja que ha impulsado el movimiento ciudadano en defensa de la unidad del país. "Nos habían augurado un fracaso, y no ha sido así", añadió. "Estamos hartos del foso que separa cada vez más a los políticos de los ciudadanos. Nos gustaría que los políticos se ocuparan realmente de lo que preocupa a la población y dejaran de jugar en la arena", declaró Houart.

La manifestación concluyó en el Parque del Cincuentenario, junto a las instituciones europeas, donde diferentes personas tomaron la palabra para insistir en que "la vida en común es posible". "Yo soy francófono, mi mujer es flamenca y nuestros hijos son trilingües", destacó uno de los participantes.