Las comunidades flamenca y francófona belgas iniciarán en las próximas semanas las negociaciones para transformar el actual Estado federal en una especie de confederación que evite la ruptura de Bélgica. Tras dos meses de intensas consultas políticas, los tres mediadores presentaron ayer al rey Alberto II el marco en el que se desarrollará ese complejo e incierto proceso de reforma del Estado.

Flandes, la región más poblada y rica de Bélgica, ha logrado que la comunidad francófona (40% de la población) acepte, tras 15 meses de crisis política, la inevitabilidad de una "reforma profunda" del Estado, que atribuya más competencias y responsabilidades a las regiones.