Belgrado no se ha pronunciado aún sobre el lugar donde será enterrado Milosevic. Un entierro en Serbia, donde el expresidente tiene numerosos seguidores, se convertiría en una ceremonia honorífica y pondría a Serbia en un aprieto internacional.

Su familia aún no se ha puesto de acuerdo. La viuda, Mirjana Markovic, y su hijo Marko, son partidarios de que el entierro se haga en Rusia, donde ambos viven y de donde no pueden moverse: los dos están acusados de abuso de poder. Si viajan, serán detenidos. La hija del expresidente, Marija, cree que debe ser enterrado en Montenegro --donde nació--, mientras que el hermano, Borislav, prefiere Serbia.