La derecha tradicional recupera el poder en Guatemala. Apoyado por el empresariado, el conservador Oscar Berger, de 57 años, candidato de la Gran Alianza Nacional (GANA), acariciaba anoche la presidencia, tras una tranquila segunda vuelta electoral, mes y medio después de que el electorado acabara con un Gobierno corrupto y disipara el fantasma del exdictador Efraín Ríos Montt. Los sondeos señalaban que Berger obtendría más del 55% de los votos frente al candidato de centro, Alvaro Colom, de la Unidad Nacional de la Esperanza.

MAYOR ABSTENCION En medio de los festejos navideños y acompañados por 5.000 observadores, los guatemaltecos acudieron a las urnas con mucha menor afluencia que en la primera vuelta, el 9 de noviembre, cuando la participación fue de más del 75% y dos tercios del electorado votó para apartar de la carrera al genocida Ríos Montt. "Ya votamos entonces", decían ayer muchos de los indígenas mayas que componen la mitad de la población del país centroamericano.

En su último mensaje como candidato, Berger, que fue alcalde de la capital guatemalteca 9 años, dijo: "Vamos a unirnos para generar empleo, mejorar la salud y la educación". Por su parte, Colom votó con "total confianza en la victoria" y afirmó: "Conmigo cambia Guatemala".

El que se presentaba como "candidato de los pobres" recibió ayer el apoyo explícito del dictador Ríos Montt, quien dijo que el 14 de enero no acudirá a la toma de posesión del nuevo presidente. Ese día acabará la coraza parlamentaria del exdictador, acusado de genocidio en Guatemala y España.

ENORME DESIGUALDAD La sociedad guatemalteca mantiene uno de los peores niveles de distribución de la riqueza: el 2% de la población controla alrededor del 58% de los bienes del país y más de un 70% de la gente vive bajo el umbral de la pobreza.