Más horas lectivas de cursos de alemán y profesores con mayor experiencia previa en la enseñanza a extranjeros es la receta del Gobierno alemán para fomentar la integración de los inmigrantes. Así figura en el programa de integración que acaba de aprobar el Ejecutivo que pretende, además de mejorar la inserción de los inmigrantes, calmar la polémica suscitada por el consejero delegado del Bundesbank, Thilo Sarrazin, quien atribuye los problemas de integración de la minoría turco-musulmana a factores genéticos y religiosos.

Y es que para el ministro alemán de Interior, Thomas De Maiziere, "la prioridad de la integración deber ser el idioma, el idioma y otra vez el idioma". El Gobierno se ha propuesto asimismo con este programa fomentar la educación a través de clases de historia, sociología y derecho, para lo cual ha pedido colaboración a las asociaciones que trabajan con inmigrantes. Por ahora, los cursos son obligatorios para los nuevos inmigrantes y para aquellos que hayan recibido ayuda social durante largo tiempo.