Los servicios secretos alemanes espiaron a periodistas en los años 90 y al menos hasta el pasado otoño, según un informe del antiguo juez del Tribunal Supremo Gerhard Schäfer que publicó el diario Süddeutsche Zeitung . El informe, de más de 170 páginas, activa la polémica nacida en noviembre del 2005.

El entonces jefe de los servicios secretos externos alemanes (BND), August Hanning, reconoció que su organismo había vigilado a periodistas entre 1993 y 1994. Poco después, el publicista Erich Schmidt-Eenboom, autor de Espía sin olfato (libro que contenía informaciones de los servicios secretos), contó que el propio Hanning le confesó que lo habían espiado hasta 1996.

Pero según el informe, el BND siguió espiando a periodistas con el pretexto de encontrar a un infiltrado en sus filas y descubrir fuentes secretas de los profesionales.