El canciller alemán, Gerhard Schröder, reforzó ayer ante el Parlamento la negativa de Alemania a una guerra contra Irak, pero destacó que su país respetará sus compromisos con la OTAN.

Su ministro de Exteriores, Joschka Fischer fue tajante: "Irak no se encuentra en una situación de violación grave de la resolución 1441". Por lo que consideró que "no hay motivos para desencadenar una guerra". Hoy presidirá la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, en el que los inspectores de desarme presentarán su informe.

Schröder exigió también ayer consideración por las decisiones de los gobiernos que respetan la voluntad de la población. Y es que el 70% de los alemanes se opone a una guerra, según informó Fischer.

El Parlamento alemán rechazó por mayoría dos mociones de la oposición, pidiendo al Gobierno que apoyara la carta de los ocho en favor de Bush.

Por otro lado, la OTAN anuló ayer la reunión del Consejo Atlántico para no agravar la profunda crisis, provocada por la obsesión de EEUU de imponer una planificación militar antes de que la ONU autorice el uso de la fuerza.