El marroquí Munir al Motassadeq, de 31 años, el primer acusado en el mundo por los atentados del 11-S, puede recibir una pena mucho más alta que los siete años de prisión a los que fue condenado el pasado año. El Tribunal Supremo de Justicia de Alemania ha ordenado la apertura de una tercera causa, por la que el exestudiante de ingeniería electrónica de Hamburgo podría pasar 15 años más en la cárcel.

Motassadeq fue condenado inicialmente a siete años por el Tribunal de Hamburgo, que lo declaró culpable de pertenecer a una banda terrorista. De esa manera, modificó una condena previa del 2003, de 15 años de prisión por complicidad en más de 3.000 asesinatos. EEUU se negó entonces a permitir el interrogatorio de Ramzi Binalshib y a Kahled Sheik Mohammed, detenidos allí por su participación en los atentados.

En el segundo proceso, la justicia norteamericana envió un documento de sus interrogatorios a Binalshib y Sheik Mohammed en los que exculpaban al marroquí. Sin embargo, el Tribunal Supremo, en su decisión de ayer, consideró comprobado el cargo de complicidad para el asesinato múltiple.

El alto tribunal ha revisado la cifra de 3.000 asesinatos y se limita a hablar de 246, en referencia a los pasajeros que viajaban en los aviones que fueron secuestrados para perpetrar los atentados.