"Veronica santa ya", "nuestro Obama", "Italia putocracia ". Radios, televisiones y sobre todo internet enloquecieron ayer con los mensajes y declaraciones a favor o en contra de Veronica Lario, la esposa del primer ministro, Silvio Berlusconi, quien en la noche anterior había definido a su marido como un Napoleón y había calificado de "desechos sin pudor" a las vedetes y exgogós que Berlusconi quiere presentar como candidatas para las próximas elecciones europeas. "La señora ha cedido ante una maniobra de la prensa de izquierdas y de la oposición sobre nuestras listas con noticias absolutamente infundadas", respondió el marido desde Varsovia.

Berlusconi justificó las candidaturas de las vedetes y exgogós explicando que pretende "renovar" la clase política "con personas cultas, preparadas y que garanticen su presencia en todas las votaciones, y que quizá no huelan ni vistan mal como otros personajes que circulan por las sedes parlamentarias". Añadió que acompañará personalmente en la campaña a las exgogós que hayan sido seleccionadas como candidatas y que estará junto a ellas cuando "digan cuáles son sus títulos académicos y qué han hecho hasta ahora".

"Entre marido y mujer no metas el dedo", comentó Dario Franceschini, líder de los progresistas, citando un típico refrán italiano, aunque aprovechó la ocasión para ahondar en la herida: "¿Qué sabe sobre Italia un multimillonario que se desplaza en avión privado de una a otra de sus villas? ¿Y de la verdadera fatiga de las verdaderas mujeres italianas para conseguir despuntar en el mundo laboral?".

Todas la fuerzas de la oposición, con pocos argumentos de peso para contrarrestar la actual popularidad del jefe del Gobierno, se apuntaron ayer a las críticas de Lario. El portal del partido de Berlusconi quedó en cambio inundado de mensajes contra la esposa del político, acusada de "llevar una vida de fábula a costa de su marido".