La victoria pírrica por tres votos para mantener en pie el Gobierno, conseguidos el martes por la mayoría conservadora frente a una moción de censura, alumbró ayer el tercer polo político italiano.

Los moderados de la Unión Democrática del Centro (UDC) y de Alianza para Italia (API), junto con los disidentes seguidores de Gianfranco Fini, que perdió el intento de derrumbar a Silvio Berlusconi, se reunieron ayer para formalizar su unión política y parlamentaria. A ellos se han unido también los sicilianos exseguidores de Berlusconi del Movimiento para la Autonomía (MPA). UDC, API, FLI y MPA reúnen ahora a todos los moderados que no están con Berlusconi, que en el Parlamento cuentan con 85 diputados sobre un total de 630.

"A partir de hoy comienza una nueva fase de la legislatura", explicó Adolfo D´Urso, de Futuro y Libertad para Italia (FLI), el partido de Fini, según el cual dichas "fuerzas se constituyen en un único polo, que desde mañana actuará conjuntamente en el Parlamento". Varios comentaristas italianos observaban ayer que la consecuencia política inmediata será que Berlusconi, obligado a ampliar su mayoría si quiere seguir adelante, ya no podrá pactar con un pequeño partido al que imponer sus condiciones.

Al ser interpelado por la posibilidad de que su Gobierno siga adelante con tan solo los tres votos de margen que le confirió ayer la moción de censura, el mandatario aseguró que "son muchos más". Berlusconi explicó en Canale 5, de su propiedad, que varios diputados le mostraron su disponibilidad a "colaborar" con el Gobierno.

Umberto Bossi, líder de la Liga del Norte y único socio actual de los conservadores, ha dado un mes de tiempo a Berlusconi para ampliar la mayoría, el mismo margen que le habría dado el presidente de la República, Giorgio Napolitano, con quien Berlusconi almorzó ayer.