Silvio Berlusconi no será procesado mientras sea jefe del Gobierno. El Congreso italiano aprobó ayer la inmunidad para los primeros cuatro cargos del Estado con carácter de urgencia. La única urgencia que parece haber sobre la mesa en Italia es un proceso por corrupción en actas judiciales contra el primer ministro, cuya vista oral debía terminar en estos días.

Con 309 votos a favor, 236 contrarios y 30 abstenciones, sus señorías otorgaron la inmunidad al presidente de la República, al del Senado, al del Congreso y al jefe del Gobierno, mientras ejerzan sus cargos y por delitos no relacionados con los mismos. Entre la presentación de la ley y su aprobación han transcurrido solo 48 horas. Las dos sesiones parlamentarias que han sido necesarias para la aprobación de la medida han estado marcadas por intervenciones durísimas de los parlamentarios de ambos bandos, cuyos pesos pesados estuvieron en la Cámara. "En 48 horas se ha discutido y aprobado una ley para una sola persona, mientras que después de seis años aún no ha sido aprobada la ley sobre los ancianos no autosuficientes", denunció el líder de la minoría progresista, Walter Veltroni. Esta ley "es inmoral y un pastel jurídico que será declarado inconstitucional", dijo el exmagistrado Antonio Di Pietro, líder de Italia de los Valores, en la oposición. "El primer ministro no podrá ser procesado, pero podrá muy bien ser arrestado y continuar dirigiendo el Gobierno tal vez desde la prisión del Ucciardone", añadió.

EN SU DEFENSA Fabricio Cicchitto, jefe de los parlamentarios conservadores, defendió la ley acusando a los jueces de "usar políticamente la justicia". Negó que la ley sea "un asunto personal" del primer ministro, y añadió que Berlusconi "ha sufrido 90 procesos, 2.500 audiencias procesales y 470 registros". "Ha llegado el momento de coger el toro por los cuernos y eliminar el uso político de la justicia".