El gobierno de Silvio Berlusconi ha reintroducido, después de unos meses en el que había sido suprimido, el estado de emergencia nacional a causa del aumento de los inmigrantes clandestinos. En los primeros seis meses del año han llegado a la península 13.108 sin papeles frente a los 8.106 del mismo período del pasado año.

Solo el 20% llegaron con cayucos y barcas desde las costas africanas, principalmente desde Libia, todos los demás con visado turístico a través de los aeropuertos. Actualmente existen 20 centros de acogida, distribuidos por la península, todos colapsados.

El Ejecutivo conservador ha decidido doblarlos, esparciéndolos en todas las regiones del país. El estado de emergencia, que hasta la pasada semana estaba en vigor en solo tres regiones, obedece, según el Gobierno, a la necesidad de contar con un marco legal para afrontar el aumento de las llegadas de inmigrantes, como los trasladados en el territorio. Se había decretado por primera vez en el 2001 y periódicamente fue suprimido y restablecido en función de los desembarcos. Recientemente, el Gobierno amplió a 18 meses el período de retención de los clandestinos, por lo que con las nuevas avalanchas migratorias los 20 centros son insuficientes. Duras críticas de la minoría progresista han llovido sobre el Gobierno conservador.