El conservador Silvio Berlusconi, ganador de las elecciones generales en Italia, dijo hoy que entre las prioridades de su futuro Gobierno está la seguridad y anunció el "cierre" de las fronteras para luchar contra la criminalidad y evitar la inmigración ilegal. Berlusconi indicó que se potenciará la policía de barrio y se aplicará la ley conocida como Bossi-Fini, de 2002, que introdujo el delito específico de inmigración clandestina. En su primera comparecencia en Roma ante la prensa tras ganar por tercera vez unas elecciones generales, el líder conservador dijo que los dos primeros problemas que afrontará su Ejecutivo será acabar con la crisis de las basuras de Nápoles (sur del país) y el asunto de Alitalia, convencido de que "no será difícil" encontrar un grupo de empresarios italianos para hacerse con la aerolínea.

"Sería el colmo no tener una compañía de bandera italiana y un aeropuerto importante, como Malpensa, cercano a la Expo de Milán de 2015", afirmó Berlusconi, quien se opone a su venta al grupo franco holandés Air France-KLM. Arropado por sus incondicionales y en medio de una gran expectación periodística, Berlusconi no defraudó y durante una hora bromeó, criticó a la oposición y a la prensa, desveló cuáles serán sus primeras medidas e, incluso, tuvo tiempo para decir que "gusta" porque es "joven".

El oficio ya lo ha aprendido

Un vehemente Berlusconi recordó que ya ha gobernado Italia en dos ocasiones, que el oficio ya lo ha aprendido y que las primeras medidas que tomará será celebrar el primer Consejo de Ministros en Nápoles como muestra de apoyo a la región de Campania para acabar con el problema de las miles de toneladas de basuras acumuladas en las calles. La abolición del impuesto de bienes inmuebles será otra de las prioridades de su gobierno, que espera formar en un tiempo récord.

Berlusconi también citó entre sus prioridades el aumento de las pensiones de jubilación, las ayudas a los jóvenes, los "bonos" de mil euros a los recién nacidos, la reorganización de la Administración del Estado, la reducción fiscal, la modernización de la Justicia y del sistema carcelario y la reforma de la educación. También anunció que, si las finanzas lo permiten, abolirá entre otros el impuesto de sucesión y el de circulación.

Contento y aún "emocionado" por el triunfo, Berlusconi defendió la polémica ley electoral y aseguró que "ha funcionado" y ha reducido de forma importante los grupos políticos en el Parlamento (tres en el Senado y cuatro en la Cámara de Diputados). Ante el hecho histórico de que por primera vez no estará en el Parlamento la izquierda comunista y ecologista, Berlusconi dijo que la izquierda sí estará presente a través del Partido Demócrata (PD), de Walter Veltroni. En su opinión, el hecho de que no estén los partidos comunistas en el Parlamento es "una conquista".

Aseguró que a finales de año su formación y Alianza Nacional se fusionarán en un único partido, el Pueblo de la Libertad, y que la aliada Liga Norte seguirá como tal y mantendrá su propio grupo en el Parlamento. Se mostró convencido de que su Ejecutivo agotará los cinco años de legislatura y tendió la mano al PD, aunque insistió en que las presidencias de la Cámara de Diputados y del Senado estarán ocupadas por sus hombres y no entregará ninguna de ellas a la oposición, como sugirió el Partido Demócrata.

Su futuro Gobierno lo tiene ya en mente y estará formado por un total de 60 miembros entre ministros (en concreto doce, de ellos cuatro mujeres), viceministros y subsecretarios. Aunque no adelantó los nombres, aseguró que todas son personas de "gran experiencia". Ayer, pocas horas después de la victoria, desveló que el ministro de Exteriores será el actual comisario europeo Franco Frattini y el subsecretario de la Presidencia su fiel Gianni Letta. Dos ministerios irán a parar a la Liga Norte y, entre ellos, según dio a entender, uno será para Roberto Maroni, "número dos" de esa formación y que ya estuvo en uno de sus gobiernos.