Con voz calma y serena, no exenta de firmeza, la exrehén franco-colombiana Ingrid Betancourt envió ayer desde París un mensaje a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que la tuvieron secuestrada más de seis años. "Quiero pedirles a las FARC que sean buenos perdedores. Ellos han perdido y deben parar de cometer crímenes y de comportarse como terroristas. Hay que acabar con toda esta locura", dijo Betancourt en una multitudinaria conferencia de prensa concedida en el palacio de Marigny, la residencia de jefes de Estado extranjeros que visitan París, situada frente a una de las alas del palacio del Elíseo.

Acompañada por sus dos hijos, Melanie y Lorenzo; su madre, Yolanda Pulecio; su hermana Astrid y otros familiares, Betancourt no tuvo reparos en definir con dureza a las FARC, sin asomo del temido síndrome de Estocolmo. "Todo el mundo sabe que es una organización que hace sufrir, que se nutre de dinero sucio, con vasos comunicantes con los narcotraficantes". La excandidata añadió que los colombianos están dispuestos a hacer cambios que beneficien a toda la población, "pero no a participar en la farsa de que las FARC son una organización que lucha por el bien de Colombia".

LAGRIMAS DE ALEGRIA Como un acto más de una jornada agotadora, Betancourt protagonizó la conferencia de prensa dos horas después de aterrizar en la base militar de Villacoublay, al sureste de París, donde fue recibida por el presidente, Nicolas Sarkozy, y su esposa, Carla Bruni. "Francia la quiere y está feliz", le dijo el presidente francés. Betancourt se emocionó al contestar al saludo: "Hoy lloro de alegría", dijo, tras haber "llorado mucho de dolor e indignación".

Una de sus mayores preocupaciones desde que fue liberada es la suerte de los rehenes que todavía retienen las FARC. "Tenemos un combate por terminar, que es liberar al resto de los secuestrados por las FARC", afirmó en la conferencia de prensa. "Vamos a hacer esa lucha en Colombia y en el mundo entero. Ahora será más complicado porque después de nuestra liberación, el contacto con las FARC será más difícil", vaticinó.

POSIBLE RESCATE Preguntada sobre las informaciones que aseguran que para la liberación de los 15 rehenes de su grupo se ha pagado un rescate de 13 millones de euros y que toda la operación ha sido una puesta en escena, las desmintió con el testimonio de su experiencia. "Lo que yo he vivido es una operación militar en la que las personas que han participado han corrido riesgos inmensos. Tengo en la memoria los gestos del comandante Enrique, al que conocía mucho por la intimidad que se crea entre verdugo y torturado. Vi el rictus de su boca, tenía miedo. No creo que alguien que recibe un rescate pueda tener un expresión así", dijo.

"Voy a ser franca", afirmó para negar un montaje. "Mis relaciones con el presidente Alvaro Uribe no han sido fáciles. Antes del secuestro tuve relaciones muy difíciles y muy duras con las Fuerzas Armadas, pero lo que he visto y que me permite estar aquí no creo que fuera una puesta en escena".

UN LIBRO Y TEATRO Betancourt proyecta escribir un libro y una obra de teatro. Entre sonrisas, a veces con un ligero toque místico, la excandidata presidencial afirmó: "Mi proyecto de vida es cambiar el mundo". Y explicó su visión de la globalización: "Para mí, la globalización es que una argentina (Cristina Kirchner) vaya de la mano de una italiana (Carla Bruni) en favor de los rehenes colombianos".