La tensión política que sufre Pakistán arrecia día a día. Después de que el régimen del general Pervez Musharraf decretara por segunda vez en cuatro días el arresto domiciliario de la exprimera ministra Benazir Bhutto, la líder opositora replicó con una entrevista televisiva desde su confinamiento en Lahore, en el este del país. En ella, Bhutto denunció su enclaustramiento, solicitó la dimisión de Musharraf, llamó a la oposición a unirse y reclamó la asistencia masiva a una manifestación contra el estado de excepción. "Es hora de que se vaya. Debe renunciar como presidente", exigió.

El presidente Musharraf aseguró que las armas nucleares de Pakistán están bajo "total control" del Ejército. En una entrevista a una emisora de radio, el mandatario paquistaní aseguró que no existe motivo de inquietud internacional, pese a las divisiones en su país.

Gran Bretaña, mientras, respaldó el ultimátum de 10 días dictado por la Commonwealth para levantar el estado de excepción y para que renuncie como jefe del Ejército.