La Unión de Myanmar, antigua Birmania, celebrará sus primeras elecciones parlamentarias en dos décadas el próximo 7 de noviembre, según anunció ayer en televisión la Junta Militar que gobierna el país con mano dura desde 1962. Los comicios han sido fuertemente criticados por diversas organizaciones de derechos humanos, que los consideran una farsa que solo persigue cambiarle el disfraz al Gobierno militar del general Than Shwe y consolidarlo en el poder.

A las elecciones no concurrirá la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, detenida durante 15 de los últimos 21 años. Su partido, la Liga Nacional de la Democracia, decidió disolverse cuando la Junta prohibió que los presos políticos pudieran presentarse a las elecciones. Otras formaciones se plantean estos días abandonar si continúa el hostigamiento de sus miembros por parte de las Fuerzas Armadas. Según analistas independientes, buena parte de los 40 partidos que se presentarán son marionetas del Ejército, que se reserva el 25% de los escaños y ministerios clave. El Gobierno no ha liberado aún a los cerca de 2.000 presos políticos, como le pidieron las organizaciones de derechos humanos.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reiteró ayer su llamamiento a la celebración de unas elecciones "libres y justas" en el país tras el anuncio de la Junta Militar, según anunció en rueda de prensa el portavoz de Naciones Unidas, Martin Nesirky. Por su parte, tanto EEUU como la Unión Europea han advertido a las autoridades birmanas de que no aceptarán el resultado si la llamada a las urnas no transcurre de manera libre y transparente.