Diecisiete personas murieron y 23 resultaron heridas por agentes de la compañía privada de seguridad estadounidense Blackwater en el polémico incidente que llevó al Gobierno iraquí a ordenar la suspensión de las actividades de la empresa, informa hoy "The New York Times". Esa cifra de muertos es muy superior a la que hasta ahora se había facilitado -nueve fallecidos- sobre el tiroteo ocurrido en un la plaza Al Nusur, en Bagdad, el pasado 16 de septiembre y que causó gran conmoción entre la población y las autoridades de Irak.

En su página web, el diario publica hoy, al día siguiente de la comparecencia del propietario de Blackwater ante el Congreso estadounidense, un relato sobre lo ocurrido citando a testigos presenciales, investigadores iraquíes y funcionarios de EEUU. Según "The New York Times", el incidente comenzó cuando un agente de la compañía privada disparó al coche de un médico que viajaba con su madre y que desconocía que una bomba había estallado cerca de un convoy de cuatro vehículos de Blackwater.

El médico murió en el acto y su vehículo siguió circulando sin control, desviándose en dirección al convoy. Los agentes comenzaron a disparar indiscriminadamente, matando a la madre del médico y a algunos civiles que se encontraban en la zona en ese momento. Tras ese primer tiroteo, los agentes de la empresa privada de seguridad se pararon a unos cuantos cientos de metros y volvieron a disparar, indica el diario.

El rotativo asegura que esta versión de los hechos "no se ajusta a la explicación inicial ofrecida por Blackwater de que sus guardias habían respondido proporcionalmente a un ataque en las calles alrededor de la plaza". En su momento, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, calificó el suceso de "acto criminal" y prometió juzgar a los culpables, mientras el Gobierno ordenó la suspensión de actividades de Blackwater, aunque por el momento la compañía sigue operando en Irak.

Varias investigaciones tanto iraquíes como estadounidenses se han abierto a raíz del incidente, que ha puesto en tela de juicio las actividades de Blackwater en Irak. El propietario de la compañía, Erik Prince, aseguró que sus hombres actuaron en defensa propia en su comparecencia ayer ante un comité del Congreso de EEUU que investiga las actividades de las empresas de agentes de seguridad privada y otros contratistas que operan en Irak.