La intensa ofensiva diplomática emprendida por el exprimer ministro británico Tony Blair para ser elegido como el primer presidente estable de la Unión Europea (UE) cuando entre en vigor el Tratado de Lisboa tropieza con una creciente oposición entre los Veintisiete.

El canciller austriaco, Werner Faymann, se declaró ayer contrario a la nominación de Blair para ocupar ese codiciado puesto debido a sus demasiado estrechos lazos con el anterior presidente norteamericano, George Bush.

"Necesitamos un candidato que no esté a favor de Bush, sino del presidente Barack Obama", señaló Faymann. La sumisión de Blair a la política de Bush de invadir Irak le valió al entonces primer ministro británico ser calificado como "caniche de Bush" en un editorial del diario Financial Times .

PERFIL Holanda, Bélgica y Luxemburgo expresaron esta semana en un comunicado conjunto las condiciones que debe reunir el futuro presidente y que excluyen de facto a Blair. Entre ellas figura que "haya demostrado su compromiso europeo y haber desarrollado una visión sobre el conjunto de las políticas de la UE". La autoexclusión de Gran Bretaña de la unión monetaria, de la zona Schengen sin fronteras interiores, de la Carta Social y de la Carta de Derechos Fundamentales, juegan contra Blair, que sólo tiene el respaldo oficial del Gobierno británico y palabras amables del presidente francés, Nicolas Sarkozy.

"Blair ha dividido más que unido" y sus posiciones sobre las grandes cuestiones internacionales y europeas no "son las adecuadas", recordó el primer ministro luxemburgués, Jean- Claude Juncker.