El primer ministro británico, Tony Blair, llegó ayer a Washington para una visita relámpago de apenas siete horas, en plena tormenta política a ambas orillas del Atlántico sobre el uso de información dudosa de los servicios de espionaje por parte del Gobierno de Londres y por la Casa Blanca para justificar la guerra contra Irak.

En un discurso ante el Congreso, Blair expuso su visión del mundo tras la guerra de Irak y fue contundente al afirmar en relación al régimen de Sadam Husein: "La historia no nos hubiera perdonado si no hubiéramos actuado". Pero a renglón seguido y para justificarse ante las críticas, añadió: "Estoy seguro de que la Historia nos perdonará", incluso si se demuestra que las pruebas contra Sadam eran débiles.

El mandatario británico no fue menos contundente al asegurar: "Prometimos democracia a Irak y se la daremos. Permaneceremos en Irak hasta que hayamos cumplido nuestras promesas".

LUCHA ANTITERRORISTA

En clara sintonía con las tesis del presidente de EEUU, George Bush, abogó por mantener una férrea lucha contra el terrorismo internacional, pero subrayó que "el terrorismo no será derrotado si no se logra la paz entre israelís y palestinos". El más leal de los aliados de EEUU inició así un viaje de una semana a Extremo Oriente que le permitió apartarse de la presión a que está siendo sometido ante las acusaciones de numerosos parlamentarios, incluyendo los del Partido Laborista, de que exageró la amenaza que Irak suponía para justificar la guerra y la invasión del país.

Dos comités parlamentarios británicos están investigando si estas acusaciones tienen base, pero el daño a la credibilidad de Blair ya está hecho, como demuestra un sondeo publicado el pasado lunes: dos tercios de los encuestados opinan que el primer ministro mintió. Los parlamentarios quieren dilucidar si Blair tuvo bases sólidas para afirmar que Irak era capaz de desplegar armas químicas o biológicas en sólo 45 minutos, y que intentó adquirir uranio en Níger para relanzar su programa nuclear.

Antes de la reunión entre Blair y Bush, la Casa Blanca trató de quitar importancia a la cuestión, aunque esta cuestión está minando la credibilidad del líder estadounidense. Por su parte, el director de la CIA, George Tenet, dijo ayer ante el Senado que un miembro de la Casa Blanca se empeñó en que Bush dijera en el discurso sobre el Estado de la Unión, el 28 de enero, la falsa imputación de que Irak intentó comprar uranio en Africa para reactivar su programa nuclear.

Blair trajo otro asunto para discutir con Bush: la petición de extradición de dos ciudadanos británicos detenidos en la base estadounidense de Guantánamo (Cuba), que probablemente serán juzgados por un tribunal militar de EEUU, con el riesgo de que se les condene a la pena de muerte.