Deseoso de acabar con la impresión de que existe un enfrentamiento entre Londres y Washington, el primer ministro británico, Tony Blair, rectificó ayer y afirmó que las operaciones militares de la fuerza multinacional en Irak permanecerán bajo mando de EEUU tras la transferencia de soberanía, el 30 de junio.

Blair matizó así sus palabras del día anterior, cuando señaló que el Gobierno iraquí tendrá un derecho de veto sobre las operaciones militares. Pero el líder británico insistió ayer en que al Ejecutivo local le corresponderá "la decisión política y estratégica".

Por su parte, el Consejo de Gobierno Iraquí (CGI) se declaró ayer opuesto a la idea del presidente de EEUU, George Bush, de derruir la cárcel de Abú Graib. "Es una decisión que compete al próximo Gobierno de transición", dijo el presidente del CGI, Ghazi Yawer.

Mientras, en Nayaf, decenas de milicianos fieles al líder radical Moktada al Sadr murieron en enfrentamientos con las tropas de EEUU, según el general norteamericano Mark Kimmitt. Los hospitales informaron de 13 muertos y 33 heridos. Las tropas de EEUU arrestaron, además, a Riad al Nuri, cuñado y estrecho colaborador de Sadr.