El primer ministro británico, Tony Blair, sumó ayer sus esfuerzos a los de Polonia y la República Checa para intentar diluir al máximo el nuevo Tratado de la UE, que debe acordarse en la cumbre del jueves y viernes. Blair exige ahora modificar puntos esenciales que él mismo había aceptado en el 2004 al suscribir el proyecto de Constitución europea. Blair anunció que rechazará el reforzamiento de la política exterior europea y la pérdida de su poder de veto en la legislación europea sobre justicia e interior.