El primer ministro británico, Tony Blair, realizó ayer una visita sorpresa a Irak para mostrar su compromiso con las elecciones y saludar a los soldados británicos en vísperas de Navidad. De la celebración de los comicios depende la reputación de Blair, que se entrevistó con líderes iraquís, mandos americanos y miembros de la comisión electoral. Luego viajó a Basora, donde se reunió con sus tropas.