La situación es tensa, pero hay una nueva oportunidad y estamos aquí para garantizar una inspección imparcial". Así de conciliador se mostró ayer Hans Blix, inspector-jefe de la misión de la ONU para el desarme de Irak (UNMOVIC), a su llegada a Bagdad, junto con una avanzadilla de 30 miembros de su equipo, después de cuatro años de ausencia. A sabiendas de que los ojos de ambos bandos estarán puestos en los próximos meses en su labor, Blix intentó disipar con sus primeras palabras los temores de Bagdad de que la guerra ya es un hecho decidido en Washington por los halcones de la Administración Bush.

"Deseamos que esta oportunidad sea bien utilizada para que podamos levantar las sanciones", aseguró Blix, intentando trasladar el mensaje de que el inicio de las hostilidades dependerá del grado de cooperación de Bagdad. En el mismo sentido se manifestó el secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien urgió a Sadam Husein a "cumplir enteramente" con sus compromisos "por el bien de su gente, de la región y del mundo".

INTERCAMBIO DE DISPAROS

Pero, como un mal augurio, el mismo día en que ponían pie en Irak los inspectores de la ONU después de cuatro años de ausencia, en las zonas de exclusión aérea se produjo un nuevo intercambio de disparos entre la aviación británica y norteamericana y la defensa antiaérea iraquí. Como viene siendo habitual, ambos bandos se culparon mutuamente del incidente. El secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, quiso subrayar que abrir fuego contra los aviones que patrullan las zonas de exclusión aérea constituye una "violación" iraquí de las resoluciones de la ONU que podría justificar el inicio de una guerra.

De momento, se desconoce si Blix se reunirá con Sadam Husein para intentar desbloquear posibles problemas que se encuentren los inspectores mientras realizan su labor: "Mantendré reuniones con miembros del Gobierno, pero todavía no hemos fijado un programa detallado", declaró Blix, quien, como todos los huéspedes del ya célebre hotel Rashid de Bagdad, donde se alojan muchos extranjeros, debe pisar un retrato del expresidente norteamericano George Bush padre, antes de entrar en el local.

EEUU está dando ya los pasos militares y diplomáticos necesarios para lanzar una guerra contra Irak, en caso de que Sadam Husein bloquee a los inspectores de armas de la ONU. Según afirmó ayer el diario The New York Times , harán falta semanas o incluso meses para completar estos preparativos, que se orientan no sólo a estar en posición de atacar a Irak sino también a presionar a su líder para que cumpla con las resoluciones.

LOS CABOS SUELTOS DE EEUU

Formalizar la utilización de bases y derechos de uso del espacio aéreo en países como Kuwait y Qatar y disuadir a Turquía e Israel de la posibilidad de iniciar acciones contra Irak por su cuenta en el caso de ser atacados son algunos de los cabos diplomáticos que quedan por atar. Washington debe decidir también si pedirá permiso al Consejo de Seguridad de la ONU antes de iniciar las hostilidades.

En el terreno militar, la Casa Blanca tiene ya 30.000 tropas en los alrededores, pero harán falta más de 250.000 soldados para lanzar la guerra en toda regla que planea el presidente.