Candados, tablones y hasta un buey y una vaca han servido en varias aldeas de Portugal para boicotear hoy las elecciones presidenciales en protesta por no tener acceso a Internet o no disponer de un tanatorio, entre otros motivos de indignación ciudadana. Según medios lusos, en Gralheira, a unos 80 kilómetros al este de Oporto, la capital del norte portugués, un enorme buey y una vaca atados a las puertas del centro de votación impidieron su apertura. Pero los aldeanos no intentaban llamar la atención sobre los problemas de la ganadería, sino por la falta de cobertura de telefonía móvil y un acceso decente a Internet, cuya actual conexión es lentísima y "se cae constantemente", según los afectados. Tampoco en la parroquia de Enxabarda, a unos 300 kilómetros al noreste de Lisboa, pudieron empezar las elecciones porque fue sellada con tablones la entrada de su centro cultural, que sirve de colegio electoral, para exigir la reapertura de la casa mortuoria, cuyas obras se eternizan por falta de pago. Medio centenar de habitantes de ese pueblo protestaron además ante el centro de votación mientras la Guardia Nacional Republicana (GNR) intentaba abrirlo para que se cumpla la ley y los ciudadanos puedan elegir presidente de la República. La población de Lousa, a 230 kilómetros al norte de Lisboa, tampoco pudo votar normalmente porque algunos exaltados cerraron el colegio electoral con candados para pedir una línea de autobuses. En cambio, en la pequeña aldea de Muro, a 30 kilómetros al sur de Oporto, las votaciones no empezaron por la ausencia de los miembros de la mesa electoral y sus suplentes, descontentos todos, al parecer, por el retraso en unas obras de transporte público. En Granho, en la región de Salvaterra de Magos, a 75 kilómetros al norte de Lisboa, el enojo popular por la falta de médico en el pueblo tenía las urnas vacías varias horas después del inicio de las elecciones y la población cumplía su amenaza de abstenerse. En total se informó de protestas pacíficas e incidentes que impidieron la apertura de los colegios en seis localidades del interior de Portugal. Pero algunos pueblos que habían anunciado un boicot electoral acabaron por no llevarlo a cabo, como Pedras Salgadas, en la zona norte del país, cuyos ciudadanos desistieron de impedir la votación para reclamar la construcción de un prometido hotel que nunca llega. En Fuseta, en la turística región meridional del Algarve, varias decenas de pescadores que exigen un puerto de abrigo optaron también por hacer una manifestación en vez de bloquear el inicio de las votaciones. Las elecciones presidenciales a las que están llamados a votar 9,6 millones de portugueses comenzaron en el territorio continental luso a las 08.00 hora local (la misma GMT). La votación, a la que concurre como favorito de todas las encuestas el actual jefe de Estado, el conservador Anibal Cavaco Silva, junto a otros cinco candidatos, concluye a las 19.00 hora local excepto en el archipiélago occidental de las Azores, donde los colegios abren y cierran una hora después. El principal rival de Cavaco en estos comicios es el poeta Manuel Alegre, que ya se enfrentó a él en las elecciones anteriores, en 2006, como candidato independiente y ahora cuenta con el apoyo del Partido Socialista del primer ministro, José Sócrates.