La Unión Europea (UE) quedó ayer dividida sobre la conveniencia de promover un boicot a la apertura de los Juegos Olímpicos el 8 de agosto en Pekín para expresar su rechazo a la represión de las protestas tibetanas y la falta de diálogo de las autoridades chinas con los representantes de la población del Tíbet.

España, Gran Bretaña, Suecia, Portugal y el responsable de la política exterior y de seguridad de la UE, Javier Solana, se alinearon claramente contra un boicot a esa ceremonia. Por el contrario, Francia, Alemania, Polonia y algunos países del Este se inclinan por no acudir a la inauguración de los Juegos Olímpicos.

La crisis del Tíbet acabó imponiéndose en la agenda del Consejo informal de ministros de Asuntos Exteriores de la UE, que ayer comenzó en Brdo (Eslovenia), a pesar de que la presidencia semestral eslovena había excluido la cuestión del orden del día. El tema será abordado hoy después de que Francia reclamara una declaración oficial para presionar a China a favor de un diálogo con los representantes de la población tibetana. Solana indicó que el mensaje europeo incluirá tres puntos: todas las culturas deben ser respetadas, respaldo a la integridad territorial de China y resolución de los problemas de forma pacífica.

TREGUA OLIMPICA "España está en contra del boicot" de la ceremonia, afirmó al llegar a Brdo el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Miguel Angel Moratinos. "Los Juegos Olímpicos son la mejor plataforma para eliminar controversias y crisis y favorecer el diálogo de todos los problemas. Por lo tanto, no hay que boicotear", argumentó Moratinos. "Hay que recuperar la fuerza del espíritu olímpico, de la tregua olímpica" para "buscar a través del diálogo una solución satisfactoria para todas las partes", añadió Moratinos.

Gran Bretaña, que albergará los Juegos Olímpicos del 2012, también rechaza cualquier boicot a la inauguración. "Estamos totalmente comprometidos con los Juegos Olímpicos, queremos que sean un éxito y lo correcto es que el primer ministro nos represente", declaró el secretario de Estado británico de Asuntos Exteriores, David Miliband.

"Nunca he pensado que los boicots sean un instrumento eficaz en la política exterior", dijo en la misma línea el ministro sueco, Carl Bildt. Solana también reafirmó que él pensaba asistir a la ceremonia de Pekín.

Por el contrario, la cancillera alemana, Angela Merkel, y el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, no asistirán a la inauguración. Polonia afirmó que sería "inoportuna" la presencia de dirigentes europeos en la apertura de los Juegos Olímpicos, mientras que Eslovaquia alegaba problemas de agenda para que su primer ministro asista al acto.

La Comisión Europea y otros países apostaban ayer por la prudencia para ver la evolución de los acontecimientos. La comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Walder, destacó que quedan cinco meses para la ceremonia y que la decisión dependerá de la situación del Tíbet.