Ni las epopeyas del pasado pueden unir al presidente Evo Morales y sus adversarios. Por eso, el bicentenario de la primera revuelta americana contra la corona española, que tuvo su epicentro en la ciudad de Sucre (entonces La Plata), ubicó ayer a los bolivianos en dos actos enfrentados. El Movimiento al Socialismo (MAS) y la oposición velaron sus propias armas cara a los comicios de diciembre. Morales encabezó su homenaje en El Villar, a 200 kilómetros de Sucre. Lo acompañaron los sindicatos y sectores sociales. Las autoridades del departamento de Chuquisaca hicieron lo propio de la mano de los líderes de las regiones autonomistas.

Los dos actos se producen justo cuando Morales aprobó un decreto que le permite al Poder Ejecutivo incautar los bienes de los acusados por terrorismo o secesionismo.