La ya larga lista de profesionales de la información que pierden la vida en Irak como consecuencia de los atentados de la insurgencia se engrosó ayer, tras el fallecimiento de un cámara y un técnico de sonido de la cadena CBS, en un ataque con explosivos contra un convoy militar de EEUU. Fue tan solo uno más de la larga lista de explosiones que padeció ayer el país árabe y que causaron la muerte a cerca de medio centenar de personas.

Los informadores, dos británicos y una periodista estadounidense, viajaban en un convoy militar. El atentado se produjo cuando los reporteros estaban transmitiendo desde el exterior del blindado, en la plaza Tahariyat, en el centro de la capital. La explosión hirió de muerte al cámara Paul Douglas y al técnico de sonido James Brolan, de 48 y 42 años respectivamente. Un capitán del Ejército estadounidense y a un traductor iraquí también perdieron la vida.

La periodista Kimberley Dozier, de 39 años, que cubría la guerra de Irak desde el 2003, resultó herida de gravedad, junto a otros seis militares norteamericanos. La guerra en Irak ha puesto fin a las vidas de 69 periodistas, la mayoría iraquís. El último informador occidental que murió en Irak fue Steven Vincent, un colaborador estadounidense del rotativo The New York Times .

OTRO DIA SANGRIENTO Buena parte de los atentados de la jornada se produjeron también en la capital iraquí. Dos de ellos, en el barrio suní de Adhamiya. Un coche bomba estalló al paso de una patrulla del Ejército iraquí y mató a 12 personas, la mayoría de ellos jóvenes estudiantes de una universidad cercana.

Media hora más tarde, otro vehículo saltó por los aires junto a la mezquita de Abu Hanifa y mató a otros cinco civiles. Otras dos explosiones, una de ellas cerca de la embajada de Alemania, en el centro de la capital, fallecieron cinco iraquís más. Una quincena más de personas, entre civiles y miembros de las fuerzas de seguridad, perdieron la vida en otras acciones armadas.

EN LA CARRETERA Fuera de Bagdad, en la provincia de Diyala, una bomba de carretera explotó al paso de un autobús en el que viajaban 40 empleados de una organización opositora al régimen de Irán. Un total de 14 ocupantes murieron, mientras que 24 resultaron heridos.

El vehículo iba al centro de operaciones del grupo de disidentes iranís Muyaidín Jalq. El ataque se produjo tres días después de la visita a Bagdad del ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Manouchehr Mottaki. El grupo disidente responsabilizó del ataque a "mercenarios terroristas del régimen iraní".

La ola de violencia de ayer coincidió con una nueva reunión del Parlamento iraquí, en la que varios diputados advirtieron del deterioro del país.