El presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, advirtió ayer a los Veinticinco contra la tentación de dejarse invadir por el pesimismo y "aceptar la vuelta atrás del proyecto europeo". "Ello significaría hacer el juego al populismo, al resurgir de los nacionalismos y al repliegue sobre nosotros mismos", señaló Borrell. La presidencia de la UE invitó a Borrell a participar, por primera vez, en el debate político de la cumbre sobre la crisis de la UE y a seguir en la sala.

Borrell también previno a los líderes de que no deberían "decretar una pausa, sin definir los límites, ni explicar lo que se quiere hacer durante ella". Borrell apoyó que "continúe el proceso de ratificación, quizá flexibilizando el calendario y abriendo un periodo de reflexión". Y recordó el poder de veto de la Eurocámara sobre el marco presupuestario de la UE, a la vez que destacó que las ambiciones de Europa no aceptan la congelación del gasto que piden los ricos.