Ayer, en el quinto aniversario de la segunda Intifada --efeméride que para los palestinos se auguraba feliz por la retirada israelí de Gaza--, los territorios han vuelto a vivir circunstancias parecidas a las del último lustro. Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa han retomado las hostilidades contra Israel después de que el Ejército asesinara de madrugada, en Yenín, a Samar Saadi, uno de los jefes del grupo, que es la milicia ligada al partido gobernante, Al Fatá. Se rompe así el alto el fuego decretado en febrero.

La dura ofensiva la ordenó el Gobierno de Ariel Sharon la semana pasada, en represalia por el lanzamiento de cohetes desde Gaza. La incursión nocturna del Ejército israelí en el norte de Cisjordania se saldó con 12 nuevas detenciones, que se han de sumar a las más de 400 desde el inicio de la operación Primera Lluvia, el pasado viernes.