La aerolínea British Airways (BA) reveló ayer que la suspensión de vuelos derivada de la alerta antiterrorista que se decretó en Gran Bretaña el 17 de agosto pasado, por un supuesto complot para derribar aviones con destino a los EEUU, le costó a la compañía 59,2 millones de euros. Entre el día en el que la policía anunció haber abortado la trama y el 17 del mismo mes BA tuvo que cancelar 1.280 vuelos, facilitar el alojamiento a los pasajeros afectados y recuperar el equipaje extraviado.

La desarticulación por parte de las fuerzas de seguridad de un presunto plan terrorista provocó un caos en los aeropuertos británicos. Scotland Yard detuvo a 24 personas, cinco de las cuales ya han sido acusadas de delitos de terrorismo.