Con su doble visita a Nueva Delhi e Islamabad, el primer ministro británico, Gordon Brown, afrontó ayer un delicado ejercicio de equilibrismo ante la escalada de tensión que los atentados de Bombay han supuesto entre dos vecinos mal avenidos. Y por si eso fuera poco, un confuso incidente, la víspera, en el espacio aéreo paquistaní había envenenado un poco más el ambiente. Así las cosas, a Brown le tocaba ejercer de bombero. Y optó por tratar de apaciguar los ánimos modulando su discurso y buscando la unidad contra el enemigo: "Trabajaremos juntos contra el terrorismo".

Tras su visita sorpresa del sábado a Afganistán, Brown desayunó ayer en Nueva Delhi con el primer ministro indio, Manmohan Singh, a quien aseguró que tiene "el apoyo de todo el mundo" en la batalla contra el terrorismo. El premier británico secundó sin dudarlo la tesis del Gobierno indio de que el responsable de la masacre de Bombay es Lashkar e-Taiba, el grupo que lucha contra la soberanía india en Cachemira, y afirmó que Pakistán tiene "mucho de lo que responder". Aunque luego bajó el pistón de su discurso al considerar que "lo importante es reconocer" que el presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, ha "dejado claro que desea hacer cuanto pueda para combatir el terrorismo y trabajar con la India".

AYUDA ECONOMICA Siguiente escala del primer ministro británico, Islamabad. "Es el momento de la acción, no de las palabras", dijo Brown tras garantizar a Zardari apoyo para la lucha antiterrorista, incluido un paquete de ayudas por valor de unos 6,7 millones de euros para "asegurar que se hace todo lo posible para que los terroristas no encuentren refugio" en el país. Ambos mandatarios coincidieron en destacar que Pakistán es "una de las principales víctimas del terrorismo mundial".

Las horas previas a la visita de Brown estuvieron amenizadas por el enésimo incidente. El Gobierno paquistaní acusó a aviones de las Fuerzas Armadas indias de haber violado en la noche del pasado sábado el espacio aéreo de Pakistán. Y por mucho que su ministra de Información, Sherry Rehman, matizara que esa violación no había sido intencionada, el primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, no dudó en recurrir a la retórica habitual y recordar que su Ejército está "capacitado para responder a cualquier agresión".