Gordon Brown vuelve a contar con el favor de las urnas. El primer ministro británico acogió ayer como un "voto de confianza" de los ciudadanos la victoria de los laboristas en la circunscripción escocesa de Glenrothes. El candidato del Gobierno, Lindsay Roy, logró retener con una mayoría de casi 7.000 votos el escaño en la Cámara de los Comunes que había quedado vacante por la muerte de su antecesor. El feudo laborista parecía amenazado en los sondeos por el aspirante del Partido Nacionalista Escocés (SNP).

Los asesores del primer ministro llegaron a dar por perdida la elección y solo se dieron cuenta de que habían ganado, y de manera holgada, una vez avanzado el recuento. Roy obtuvo 19.946 votos, mientras que su rival del SNP, Peter Grant, se quedaba en 13.209. El resultado marca también el final de la luna de miel que venía disfrutando el líder del SNP Alex Salmond.

Tras haber perdido cuatro elecciones parciales desde que llegó a Downing Street en junio del año pasado, esta victoria es el primer indicio de Brown puede incrementar sus posibilidades en las próximas generales, en el 2010.