En un ambiente preelectoral y tratando de contrarrestar las propuestas financieras de los conservadores, el primer ministro británico, Gordon Brown, anunció ayer que recurrirá a la privatización de activos del Gobierno para reducir la deuda pública. Brown indicó, durante un discurso en la City de Londres, su intención de recaudar de esta forma unos 16.000 millones de libras (17.600 millones de euros), en los próximos dos años. Entre los bienes que el Gobierno pondrá a la venta figura la línea ferroviaria bajo el canal de la Mancha (la única de alta velocidad en el país), el puente de Dartford, que cruza el río Támesis al este de la capital y la participación británica, que se eleva al 33%, en el consorcio nuclear europeo URENCO, dedicado al enriquecimiento de uranio para plantas nucleares.

También están disponibles una sociedad dedicada a la concesión de préstamos para estudiantes, la casa de apuestas Tote y los bienes inmobiliarios y otros activos que están en manos de las autoridades locales. "Se deben reajustar las finanzas públicas de manera que se mantenga y no se destruya el crecimiento", señaló Brown, quien advirtió: "Si esto no se logra, nos arriesgamos a un decenio de austeridad".

RECORTAR EL DEFICIT El anuncio de Brown tuvo lugar días después que de los conservadores anticiparan que si llegan al poder el año próximo, habrá una fuerte reducción del gasto público para recortar el déficit. Y en este contexto, el saneamiento de las finanzas públicas se anuncia como uno de los grandes temas de la campaña de las elecciones legislativas, que tendrán lugar la próxima primavera, y en las que todas las encuestas dan a los laboristas como derrotados. Con el anuncio de ayer, Brown trata de recuperar la iniciativa política.

La primera ronda de cesiones de activos no financieros permitirá recaudar unos 3.000 millones de libras, explicó Brown. El Reino Unido tiene un déficit público que llegará muy pronto a los 175.000 millones de libras (192.000 millones de euros). Tan elevada suma se debe en parte a las inyecciones de dinero y los planes de salvamento para los bancos y a las medidas para el relanzamiento económico.

Brown insistió en que, si no se reduce la deuda y se mantiene el plan de estímulo fiscal, el Reino Unido puede hundirse en una grave depresión. El ministro de Finanzas, Alistair Darling, aseguró que las ventas solo se realizarán "cuando las condiciones sean buenas" y "sin precipitarse". Una parte de la responsabilidad en las transacciones recaerá en las autoridades locales, a las que Brown ni siquiera consultó antes de hacer el anuncio.