La intervención determinante de Carla Bruni-Sarkozy y su hermana Valeria Bruni-Tedeschi en la decisión de Nicolas Sarkozy de no extraditar a Marina Petrella, exmiembro de las Brigadas Rojas, es motivo de incomprensión y de polémica en Italia. El presidente francés se ha echado atrás tras haber aprobado la devolución de la exterrorista a causa de la mediación de su esposa y su cuñada.

Sarkozy justificó ayer su cambio de opinión alegando "razones humanitarias" basadas en el delicado estado de salud de la exbrigadista, de 54 años, condenada a perpetuidad en Italia por el asesinato de un comisario de policía y su implicación en el secuestro del presidente democristiano Aldo Moro.