La mezcla entre religión y modernidad es el sello característico de la pujante burguesía islámica de Turquía, procedente de las zonas rurales. Es el apoyo sólido del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado). La "elite verde" --color del islam-- amenaza con robar el puesto a la tradicional burguesía laica. Esta última se encuentra afincada en las grandes ciudades y la componen el alto funcionariado, los militares y los grandes empresarios. Los actuales enfrentamientos por la elección presidencial pueden verse como la lucha soterrada entre los dos grupos que quieren controlar los resortes del Estado.

Cuando en los años ochenta la antropóloga Carol Delaney escribió The Seed and the Soil sobre la vida en el mundo rural turco, se encontró con una sociedad que "miraba mal cualquier forma de trabajo". Muchos de esos pueblos son 20 años después florecientes centros industriales. Con ellos surgió una nueva burguesía negociante que adoptó los valores calvinistas musulmanes y se sentía poco representada por los partidos tradicionales. Este es el pilar del proyecto de Recep Tayyip Erdogan, Abdulá Gul y Bulent Arinç que dio lugar al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), islamista moderado en lo social y liberal en lo económico. A. M.