La seguridad energética será uno de los asuntos clave de la cumbre del G-8. Con el precio del petróleo por las nubes, los siete grandes países industrializados quieren que Rusia aumente sus ventas de gas y petróleo. La Unión Europea quiere reformas en el sector gasístico ruso y que se permita a los proveedores asiáticos negociar directamente los precios con los clientes europeos. La cumbre va a llamar a la diversificación de las fuentes de energía, y Vladimir Putin pedirá "seguridad de la demanda" para invertir en el sector energético en Rusia.