Forzado por las crecientes críticas demócratas por haber usado datos equivocados de la CIA para lanzar la guerra contra Irak, y por su pronunciada pérdida de apoyo popular, el presidente de EEUU, George Bush, encabezará hoy personalmente la ofensiva diseñada por sus asesores para ganar su reelección el próximo noviembre, concediendo una entrevista al programa de gran audiencia Encuentro con la prensa , de la cadena NBC.

Se trata de una maniobra poco corriente, pues Bush no suele hacer declaraciones públicas los domingos pero, como explicó uno de sus asesores a USA Today , "la mejor defensa es un buen ataque, y el presidente dejará claro lo que ha hecho y cuáles son sus planes para el futuro".

IGUAL QUE SU PADRE "El presidente está ansioso de participar y poder hablar sobre su política, las decisiones que ha tomado y por qué está haciendo de la nación un lugar más seguro", dijo ayer Dan Bartlett, el director de comunicación de la Casa Blanca. "El se siente más cómodo hablando de estas decisiones y cree que el país quiere que el presidente comente estos temas", añadió.

La entrada en liza del propio Bush en este asunto demuestra la preocupación de los republicanos por detener la pérdida de apoyo que ha sufrido en enero cuando, por primera vez, los sondeos han anunciado que le respaldan menos de la mitad de los ciudadanos. Una encuesta que el viernes publicó la agencia Associated Press fijó su popularidad en un 47%, la misma que tenía su padre pocos meses antes de perder frente a Bill Clinton.

Estas cifras, sumadas al debate que están azuzando los demócratas sobre si exageró el peligro que suponía Irak para justificar la guerra, forzaron a la plana mayor republicana a lanzar su estrategia. Además, fuentes de la Casa Blanca han reconocido que los asesores de Bush están muy sorprendidos de que los estadounidenses hayan acogido con indeferencia las promesas de volver a la Luna y colonizar Marte.