En una rueda de prensa con la canciller alemana, Angela Merkel, tras una reunión en Mesenberg, en las afueras de Berlín, Bush lanzó hoy una dura advertencia a Teherán al asegurar que la diplomacia es la opción preferida para lidiar con ese programa nuclear, pero "todas las opciones están sobre la mesa".

Bush se encuentra en una gira por Europa que tiene como objetivo tanto despedirse del continente como persuadir a los aliados de que endurezcan sus posiciones hacia la República Islámica.

El alto representante de la UE para la Política Exterior y la Seguridad, Javier Solana, viajará la semana próxima a Teherán para presentar a las autoridades iraníes un nuevo conjunto de incentivos económicos si renuncia a sus actividades nucleares, en especial al enriquecimiento de uranio. Solana actúa en representación del llamado "grupo de los seis", los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania.

Bush ha lanzado una fuerte ofensiva diplomática para dejar claro a Irán que, además de incentivos, también hay sanciones si Teherán no accede a las demandas de la comunidad internacional. Hasta ahora, la ONU ha impuesto sanciones, la mayoría de ellas simbólicas, recogidas en tres resoluciones diferentes, pero Irán ha continuado adelante con sus actividades atómicas.

"Nuestra posición es que debemos reforzar las sanciones que ya existen y deberíamos colaborar con nuestros aliados para aplicar sanciones adicionales si los iraníes optan por seguir haciendo caso omiso de las exigencias del mundo libre", declaró el presidente.Aunque por el momento la opción preferida es la vía diplomática, "todas las opciones están sobre la mesa", explicó.

Bush elevó así un grado su retórica sobre la disputa, después de que la jornada anterior, en la cumbre UE-EEUU en Eslovenia, aludiera sólo a nuevas sanciones y evitara pronunciar esa frase en particular. El presidente estadounidense empleó con frecuencia la expresión "todas las opciones están sobre la mesa" en los meses antes de la guerra en Irak.

Por su parte, Merkel se mostró más conciliadora, al afirmar que "queremos dar a la vía diplomática una oportunidad para funcionar, pero es una cuestión que debemos resolver". Si Teherán no accede, "habrá que aplicar nuevas sanciones", dijo, en un eco de la declaración suscrita en Eslovenia el martes entre la UE y EEUU. La canciller expresó su preferencia por sanciones dentro del paraguas de la ONU, pues "mientras más países las apliquen, más efectivas serán" pero no descartó iniciativas unilaterales de la UE, como medidas en el sector bancario.

Por su parte, si el presidente de EEUU elevó el tono retórico, el iraní Ahmadineyad le aceptó el órdago y le contestó del mismo modo.

Ahmadineyad consideró hoy que "los enemigos" de Irán "son incapaces" de actuar para suspender el programa nuclear iraní que, dijo, "continuará", y confió en que la República Islámica "saldrá victoriosa". En su opinión, "Bush no puede dirigir ni una bofetada al pueblo iraní, ni dañar un palmo de nuestro territorio", dijo Ahmadineyad, en un indicio de que piensa rechazar la oferta que presente Solana.

Bush tiene previsto continuar hoy viaje a Italia, donde el primer ministro, Silvio Berlusconi, ha expresado el interés de su país por sumarse al "grupo de los seis". Italia es el primer país europeo por volumen de negocio con Irán. El presidente estadounidense continuará viaje después a Francia y el Reino Unido, otros dos países miembros del "grupo de los seis".

En la rueda de prensa de hoy, Bush y Merkel abordaron, además de la cuestión iraní, asuntos como Afganistán, Oriente Medio o la necesidad del éxito de las negociaciones comerciales de la ronda de Doha. Merkel aludió a las subidas en los precios de los alimentos y de la energía para declarar la necesidad de promover nuevas tecnologías y estándares internacionales para los biocombustibles que no provoquen una "competición" con los cultivos destinados a la alimentación.