George Bush ha decidido dar un toque de atención al presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, uno de sus principales aliados en la guerra contra el terror, advirtiéndole de que el nuevo Congreso, de mayoría demócrata, podría cortar la ayuda a su país si no pone en marcha una política más agresiva contra Al Qaeda. Según The New York Times , la Casa Blanca cree que Islamabad no cumple sus compromisos en la lucha antiterrorista.

En septiembre, Musharraf prometió que el acuerdo de paz con los jefes tribales en la frontera con Afganistán no afectaría la persecución de los líderes de Al Qaeda, los talibanes y sus campamentos de entrenamiento en Waziristan Norte. El espionaje de EEUU dice que los terroristas han reconstruido su infraestructura, y que si bien Pakistán ha atacado campamentos, no está siendo suficientemente efectivo.

Los resultados"Nuestro mensaje es que lo único que cuenta son los resultados", afirma una fuente del Gobierno de Bush. Los demócratas quieren presionar a Pakistán, tras comprobar que los talibanes han aumentado sus ataques en Afganistán y que Al Qaeda está haciéndose fuerte en la zona. Pakistán es el quinto país que más dinero recibe de EEUU.

Bush ha propuesto un paquete de ayuda de 785 millones de dólares en su nuevo presupuesto (588 millones de euros), incluyendo 300 millones para operaciones militares contra los radicales. Pero el Congreso amenaza con cortarla a menos que Pakistán sea capaz de prevenir los ataques talibanes desde su propio territorio.

La situación preocupa tanto a Bush que ayer mismo el vicepresidente Dick Cheney se reunió con Musharraf en Islamabad.