La tensión entre EEUU e Irán continúa aumentando y ayer el presidente de EEUU, George Bush, amenazó incluso a Teherán con una "respuesta firme" si lleva a cabo los planes de incrementar las actividades militares en Irak, donde ya aporta explosivos y armamento a los insurgentes, según sostiene la Casa Blanca.

"Si Irán aumenta sus acciones militares en Irak, en detrimento de nuestras tropas y de iraquís civiles inocentes, nosotros responderemos con firmeza", recalcó Bush. El presidente respondía así a las afirmaciones del embajador iraní en Bagdad, Hasán Kazemi Qumi, que, en una entrevista a The New York Times , declaró que su Gobierno está dispuesto a ofrecer asesores, formadores militares y equipamiento al Gobierno iraquí.

Irán también quiere participar en la reconstrucción de su país vecino. "Tenemos experiencia en reconstruir tras una guerra", añadió el diplomático, aludiendo al conflicto entre Bagdad y Teherán.

Washington y Teherán están enfrentados por la negativa iraní a abandonar el programa nuclear que, según EEUU, esconde intenciones armamentistas. Además, la Casa Blanca acusa a Irán de ayudar a los insurgentes iraquís, por lo que ha autorizado a sus militares en Irak a matar o capturar a los agentes de Teherán que estén en suelo iraquí. "Si están en Irak y tratan de matar a nuestras fuerzas, deben considerarse como blanco", advirtió la semana pasada el secretario de Defensa, Robert Gates.

La fricción entre EEUU e Irán preocupa en los medios políticos internacionales, pues podría derivar en una ampliación de la guerra de Irak a su vecino e inflamar a todo Oriente Próximo.