Los americanos y los europeos continúan trabajando juntos y están llevando la libertad y la esperanza a lugares a los que durante mucho tiempo se le ha sido negada: Afganistán, Irak, el Líbano y el Gran Oriente Próximo", dijo ayer George Bush. Bajo una fina lluvia que acariciaba las 8.300 cruces blancas del cementerio de Margraten (Holanda), el presidente de EEUU rindió homenaje ayer a los soldados estadounidenses caídos en la lucha contra Adolf Hitler, una lucha que comparó con la búsqueda de la democracia hoy día, al cumplirse el 60º aniversario de la segunda guerra mundial.

"Los tiranos del mundo entero han aprendido la lección: no hay una fuerza más poderosa que la libertad, y no hay soldado que luche mejor que el que lo hace por la libertad", dijo en su breve discurso, acompañado por su esposa, Laura Bush; el primer ministro de Holanda, Jan Peter Balkenende, y la reina Beatriz. "Las miles de cruces y estrellas de David labradas en mármol blanco subrayan el terrible precio que pagamos por esa victoria", dijo.

"ESTAR EN ALERTA" Balkenende --que apoyó la invasión de Irak y envió a 1.350 soldados al país árabe-- también trazó el mismo paralelismo entre el mal que hace 60 años representó el nazismo y el que hoy inflinge el terrorismo. "Tenemos que estar en alerta, ya que de nuevo nos vemos enfrentados con los enemigos de la paz que quieren socavar nuestro orden jurídico", dijo el primer ministro holandés. Balkenende dio las gracias a los soldados estadounidenses, británicos, canadienses y polacos que liberaron Europa de la Alemania nazi en la primavera de 1945. "Les debemos más gratitud de lo que se puede expresar en palabras. Nos dieron el regalo más precioso: la libertad. Por eso, merecen respeto", dijo durante su discurso, bajo la atenta mirada de Bush.

Después de este acto, el presidente de EEUU se trasladó a Rusia, donde cenó con Vladimir Putin en la residencia de Novo-Ogariovo, situada a las afueras de Moscú, un encuentro que se esperaba tenso, después de las pullas lanzadas el sábado en Riga (Letonia) por Bush, cuando puso de modelo de libertad a las repúblicas bálticas.

Por otra parte, el presidente de Alemania, Horst Köhler, fue el encargado de cerrar ayer con un discurso en el Parlamento los actos de las celebraciones en Berlín con motivo del 60º aniversario del fin de la segunda guerra mundial. "Tenemos la responsabilidad de mantener vivo el recuerdo de todo el sufrimiento y de sus causas, y debemos ocuparnos de que nunca más vuelva a suceder", afirmó.