La palabra del general David Petraeus, comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, es ley. Como estaba previsto tras la ronda de comparecencias del general en el Capitolio, George Bush convirtió ayer en política oficial su consejo de congelar la retirada de tropas en Irak más allá del mes de julio, cuando está previsto que culmine el repliegue de las brigadas extras que Bush ordenó desplegar en enero del 2007. Esta decisión implica que las tropas se reduzcan en un 20% (unos 20.000 soldados) hasta los niveles anteriores a enero del 2007, pero también garantiza una gran presencia de EEUU en Irak después de que Bush deje su cargo en enero del 2009.

Como contrapartida a una decisión impopular (la última encuesta da un récord negativo de que solo el 28% de los estadounidenses aprueban la gestión de Bush), el presidente anunció una reducción del tiempo que los soldados sirven en Irak. Así, en lugar de 15 meses, estarán en el país árabe y Afganistán un año. "Le he dicho a Petraeus que tendrá todo el tiempo que necesite", resumió Bush.

El presidente estadounidense asumió como suyos los argumentos de su comandante: la estrategia iniciada en enero del 2007 está dando frutos ("Es evidente que estamos en el buen camino") pero dado que "graves y complejos problemas persisten" es necesario afianzar la situación antes de ordenar más repliegues. Petraeus cifró en 45 días esa pausa en la que, según Bush, las tropas continuarán trabajando como hasta ahora.

MENSAJE DE VICTORIA El presidente aprovechó el discurso para volver a definir algo parecido a una victoria en Irak. "Llegará el día en que Irak sea una democracia estable que ayude a combatir a nuestros enemigos comunes y a promover nuestros intereses comunes en Oriente Próximo", dijo Bush, y añadió: "Esta es una guerra difícil pero no interminable". Bush envió varios recados a Irán, país al que Petraeus acusó de estar detrás de gran parte de la inestabilidad del país árabe. "Irak es un punto de confluencia de dos de los desafíos de EEUU en este siglo: Al Qaeda e Irán", dijo Bush, antes de insistir en su discurso respecto a Teherán: "Si Irán toma la decisión correcta, EEUU promoverá una relación pacífica entre Irán e Irak. Si Irán opta por el camino equivocado, EEUU actuará para proteger nuestros intereses".

Coincidiendo con el discurso de Bush, Irak vive un nuevo repunte de la violencia. Según la policía iraquí, dos ataques aéreos estadounidenses en Ciudad Sadr (el feudo de la milicia de Moqtada al Sadr) mataron a 10 personas. La lucha callejera en la zona se detuvo ayer. Un soldado de EEUU murió en Bagdad, con lo que son 20 los soldados fallecidos en abril.