El presidente de Estados Unidos, George Bush, subrayó que su Gobierno apoya una "Europa fuerte", al recibir ayer en la Casa Blanca a los líderes de la Unión Europea (UE), que vive momentos de incertidumbre tras el rechazo franco-holandés de la Constitución europea, y el fracaso del Consejo Europeo a la hora de pactar el presupuesto comunitario.

Tras dos horas de reunión para tratar asuntos económicos y políticos, Bush explicó que la relación entre EEUU y la UE está basada en "valores comunes y aspiraciones compartidas". Por ello, Washington considera a Europa como "un socio en la expansión de la libertad, la democracia, la seguridad y la prosperidad en todo el mundo".

AMPLIA DELEGACION Una UE fuerte servirá para "trabajar juntos de cara a lograr importantes objetivos", continuó Bush, ante el primer ministro luxemburgués y presidente de turno de la UE, Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana. También acudieron a la cita los comisarios de Asuntos Exteriores y de Comercio, Benita Ferrero-Waldner y Peter Mandelson.

"La UE no está de rodillas", dijo Juncker en la rueda de prensa que siguió a la reunión. El presidente en ejercicio de la Unión recalcó que Europa sigue jugando un importante papel en la escena internacional. Además, Juncker destacó la importancia de la asociación estratégica entre EEUU y la UE para promover la libertad y la democracia, como demuestra la conferencia que esta semana celebrarán los aliados en Bruselas (Bélgica), a favor del desarrollo de Irak, cuya invasión causó una profunda brecha entre las dos orillas atlánticas. Ayer, Bush volvió a defender esa invasión y aseguró que completará la misión en ese país, "en interés de la paz mundial".