Impaciente por el continuo desafío de la mayoría del Consejo de Seguridad de la ONU, que no se pliega a sus deseos de aprobar la resolución que permite el ataque a Irak, el presidente de Estados Unidos, George Bush, anunció ayer que se reunirá con sus dos leales aliados, el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente del Gobierno español, José María Aznar, mañana en las islas Azores. Esta cumbre de urgencia, a la que asistirá como anfitrión el primer ministro portugués y partidario de las tesis belicistas, José Manuel Durao Barroso, es su última tentativa para salir del embarazoso atolladero diplomático.

Será un esfuerzo simbólico del triunvirato belicista para exhibir sus deseos de resolver pacíficamente la crisis iraquí, porque los tres líderes revisarán también entre bambalinas los planes para una guerra que, según reconocen fuentes de la Administración de Bush, parece inevitable.

ULTIMO ESFUERZO

El encuentro en la base aérea de Lajes servirá para que Bush, Blair y Aznar "discutan las perspectivas de resolver la situación pacíficamente con la diplomacia, en la búsqueda final de una resolución de la ONU", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, e insistió en que la cumbre será "un esfuerzo para seguir hasta la última posibilidad diplomática".

Fuentes del Ejecutivo luso afirmaron que el encuentro empezará el domingo por la tarde y, tras la cena, los participantes regresarán a sus países. Agentes del servicio secreto norteamericano y del FBI vigilan desde el jueves la base. Las Azores se encuentran a mitad de camino entre EEUU y Europa, son un lugar de difícil acceso y, por lo tanto, no sólo ofrecen garantías desde el punto de vista de la seguridad de los líderes, sino que, además, éstos se encontrarán a salvo de manifestaciones de contrarios a la guerra.

Bush no se encuentra muy a gusto con el objetivo público de esta cumbre, ya que considera que la resolución 1441 le da autoridad para atacar a Irak.

La ministra de Exteriores de España, Ana Palacio, afirmó ayer que el Gobierno está trabajando "activamente" en la búsqueda de una nueva resolución e inscribió ese esfuerzo "en un escenario de buscar un consenso y estirar a tope lo que pueda dar de si el recorrido del Consejo de Seguridad".

En declaraciones a los periodistas, Palacio adelantó la posibilidad de que el ultimátum que se se concede a Bagdad en la resolución, y que expiraría el lunes, se amplíe "unas horas o algún día". Palacio añadió que el Gobierno español se opone "radicalmente" a que este plazo se extienda a 30 o 45 días, como exigieron los seis países indecisos del Consejo.

La ministra expresó su preocupación de que la comunidad internacional esté enviando "mensajes confusos" a Sadam, que le permiten argumentar que ya ha cumplido con sus obligaciones. Palacio afirmó que el Gobierno mantiene sus contactos diplomáticos para buscar una salida a la crisis. Dijo que no prevé mantener otro encuentro con su colega francés, Dominique de Villepin, pero pronosticó que seguirá en contacto con él.

"Si el encuentro de los tres países contribuye a lograr el consenso del Consejo de Seguridad, estaremos encantados", declaró el embajador de Pakistán, Munir Akram. Poco después, el presidente Bush anunció la retirada de las sanciones que pesaban sobre el Gobierno de Islamabad desde el golpe de Estado que llevó a la presidencia al actual jefe de estado, Pervez Musharaf, en 1999. Pakistán contactó ayer con los otros 5 para buscar una alternativa.