Con el índice de popularidad en su punto más bajo y el apoyo decayendo incluso en su propio partido, el presidente de Estados Unidos, George Bush, ha lanzado una ofensiva para contrarrestar las crecientes críticas, cuyo efecto aún no ha sido el deseado.

El viernes a última hora, la Casa Blanca hizo públicas cerca de 400 páginas de documentos sobre el historial militar de Bush durante la guerra de Vietnam, documentación que no ha dado respuestas a las críticas demócratas. Además, se anunció que el presidente ha accedido a reunirse con la comisión que investiga los posibles fallos de su Administración ante los atentados del 11 de septiembre del 2001.

La documentación sobre el servicio militar de Bush no despeja las dudas sobre dónde, cómo y con cuánta frecuencia Bush cumplió con sus obligaciones militares entre mayo del 1972 y mayo de 1973, tiempo en el que fue destinado a Alabama.

La respuesta desde el equipo de John Kerry, claro favorito, fue un comunicado, en el que se apreció el fin de "10 años de tácticas obstruccionistas", pero se puso en duda que vaya a desaparecer la falta de transparencia que distingue a la Administración de Bush.