En el estado de Utah, uno de los bastiones conservadores de Estados Unidos, y ante 15.000 veteranos de guerra, el presidente estadounidense, George Bush, reiteró ayer la defensa de su inamovible estrategia militar en Irak. "La lección del 11-S es que debemos confrontar amenazas antes de que se materialicen. Una política de retirada no nos dará seguridad", dijo Bush, que usó cinco veces la referencia a los atentados de Al Qaeda del 2001 y comparó la "guerra contra el terror" con "las grandes luchas del siglo XX".

PERDIDA DE POPULARIDAD Bush, que sufre un continuo deterioro del apoyo popular a su campaña militar y que tiene a las puertas de su rancho en Crawford (Texas) una muestra de la protesta contra la guerra, hizo referencia a los 1.864 soldados fallecidos en Irak y a los 223 que han perdido la vida en Afganistán. "Les debemos algo --dijo--. Acabaremos la misión por la que dieron sus vidas. No aceptaremos nada que no sea una victoria total".

A esa estrategia es a la que se oponen los activistas de Crawford, a cuya protesta se sumó el domingo Joan Baez. La veterana cantante y activista ofreció un concierto ante 500 personas. "La pregunta a la que nadie quiere enfrentarse, porque la respuesta sería demasiado horrorosa, es la que se plantea aquí: ´¿murió mi hijo en vano?´", dijo Baez en referencia a Cindy Sheehan, la mujer que empezó la protesta y cuyo hijo murió en Irak.