Hay muchas situaciones sin precedentes en la actual transición en el poder en EEUU, y una de ellas es una intensa colaboración de la Administración saliente con la entrante en materia de seguridad. Según revelaba ayer The New York Times , el equipo de George Bush ha preparado más de una docena de planes de contingencia que puedan servir como guía a Barack Obama en caso de que estallara una crisis internacional en los primeros días de su mandato. Las situaciones planteadas van desde una escalada nuclear en Corea del Norte hasta un ciberataque a los sistemas informáticos de EEUU o un estallido de inestabilidad en Oriente Próximo.

Esa cooperación podría ser interpretada como un intento del Gobierno saliente de dictar el camino que debería seguir Obama, pero ese extremo ha sido negado al diario neoyorquino tanto por el equipo de Bush como por colaboradores del presidente electo, aunque ningún asesor directo de Obama ha hecho declaraciones. En concreto, se han elaborado más de una docena de informes que enumeran opciones que podría considerar Obama --no acciones específicas-- si la hipotética crisis se hiciera real.

No es la única faceta de este plan de cooperación en seguridad en la primera transición en EEUU tras el 11-S. El Departamento de Seguridad Nacional --que no existía antes de que Bush llegara a la Casa Blanca y se creó tras los atentados-- ha impartido formación a casi un centenar de funcionarios de carrera que trabajarán en distintos departamentos mientras los nominados por Obama se enfrentan a sus procesos de confirmación por las cámaras. Esa formación empezó antes de las elecciones.

EL ZAPATAZO La Administración ha invitado también a miembros del equipo de Obama a unos ejercicios de entrenamiento los días 12 y 13 de enero, en los que la premisa será qué pasaría si un solo ataque acabara con el liderazgo de la nación. El plan incluye reuniones de actuales mandos en la lucha antiterrorista con sus sucesores.

Por otra parte, Bush se refirió ayer por primera vez al incidente protagonizado por el periodista iraquí que le lanzó un par de zapatos durante una rueda de prensa en Bagdad. En una entrevista a la CNN, Bush le quitó importancia al percance y dijo que le pareció "una manera curiosa de expresarse", subrayó.