En el duelo a muerte por la Casa Blanca que están librando el presidente de EEUU, George Bush, y el senador demócrata John Kerry, a sólo 13 días de los comicios del 2 de noviembre, se empleó ayer como munición uno de los temas que más asustan a los votantes: la restauración del servicio militar obligatorio. "No volveremos a imponer el reclutamiento forzoso", insistió Bush en Florida, para contrarrestar las continuas acusaciones de Kerry y de los medios demócratas de que sí lo hará, forzado por la catastrófica guerra de Irak.

"Nuestro Ejército de voluntarios seguirá siéndolo", recalcó el presidente en la localidad de San Petersburgo, durante su 31 visita al estado de Florida, crucial para su reelección, donde anteayer comenzaron las votaciones anticipadas. Bush exhortó a los votantes a rechazar "las viejas tácticas para asustarlos" que está esgrimiendo Kerry al enarbolar el fantasma de la restauración de la mili obligatoria, que se abolió en EEUU en 1973, tras la guerra de Vietnam. "La mejor manera de evitarlo el servicio militar obligatorio es votar por mí", repite el presidente en sus mítines.

RESERVISTAS MOVILIZADOS Todo lo contrario repite Kerry en sus intervenciones. "Con el plan de Bush para Irak seguiremos igual, y es muy probable que se produzca el reclutamiento forzoso", declaró el demócrata al diario Des Moines Register . El senador acusa a Bush de haber puesto en marcha ya un reclutamiento forzoso "de tapadillo", al mantener en Irak a miles de soldados de la Reserva y la Guardia Nacional, mucho después de vencer los periodos para los que se alistaron.

Bush "ha empujado al Ejército más allá de sus límites", denunció ayer en The New York Times el prestigioso columnista liberal Paul Krugman. "Ahora insiste en que no reinstaurará el servicio militar obligatorio, pero los hechos sugieren que lo hará", añadió Krugman, basándose en que "la doctrina de Bush de guerra preventiva requerirá unas fuerzas militares mucho mayores".

La restauración de la mili es un tema explosivo entre los votantes de 18 a 30 años, un sector que los especialistas en sondeos consideran muy volátil. Un sondeo publicado este mes por el semanario Newsweek señaló que Kerry disfruta de un 52% de apoyo entre los jóvenes, frente al 42% que tiene Bush.

FACTOR DECISIVO El miedo a la mili podría ser el factor decisivo para el candidato demócrata, como sugiere una reciente encuesta de la Universidad de Pensilvania, en la que la mitad de los jóvenes consultados están convencidos de que el presidente reinstaurará el reclutamiento forzoso, frente al 8% que creen que Kerry también lo hará.

"Debéis rechazar la política del miedo" que impulsa Kerry, recalcó ayer Bush. Mientras, en Ohio, el vicepresidente del país, Dick Cheney, esgrimió la posibilidad de un ataque terrorista a alguna ciudad estadounidense con armas nucleares, químicas o biológicas como "la mayor amenaza" que pende sobre EEUU. Y añadió que Kerry sería incapaz de hacerle frente.

The New York Times calificó la campaña iraquí de "éxito catastrófico" y acusó al presidente de no haber sabido prever que la posguerra se convertiría en una segunda guerra, en la que han perecido ya cerca de 1.100 soldados. Esta cifra palidece frente al cómputo de muertos iraquís desplegado ayer por el Times , que las cifró entre 10.000 y 15.000, desde el inicio de la guerra.

LA VACUNA DE LA GRIPE Otro de los frentes en la batalla electoral es la vacuna de la gripe. Ayer, Bush acusó a su contrincante de intentar ganar votos atemorizando a la población sobre la escasez de la vacuna. El aspirante demócrata dijo que para conseguir una dosis "hay que rezar". "Quiero decir a la ciudadanía --se defendió Bush-- que el Gobierno está haciendo todo lo posible para ayudar a ancianos y niños a conseguir la vacuna".

Este problema sanitario estalló cuando a principios de mes el Gobierno del Reino Unido cerró el laboratorio Chiron, donde se fabricaba la mitad de las vacunas que necesita EEUU.