Adespecho de la creciente oposición en el Consejo de Seguridad de la ONU a castigar militarmente al régimen de Sadam Husein, Estados Unidos se mostró ayer desafiante y aseguró que cuenta con una "amplia" coalición de países para atacar a Irak. "El presidente (Bush) confía en que Europa hará caso a su llamada", declaró el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, al citar el respaldo de España, Gran Bretaña, Italia y el Este de Europa a los planes bélicos de Washington, rechazados de pleno por franceses y alemanes. "Es absolutamente posible que Francia no esté en esta línea", añadió el portavoz para quitar importancia a la rebelión de París y Berlín.

"Si quieren quedarse a un lado, es prerrogativa suya", dijo Fleischer, que indicó como contrapunto el apoyo "ampliamente multilateral" con que cuenta la Administración de Washington para atacar a Irak. Además de su leal aliado, Gran Bretaña, y del apoyo español e italiano, Polonia, la República Checa, Rumanía, Bulgaria y los países bálticos se alinean con Bush, lo mismo que Australia, añadió Fleischer. "No creo que tengamos que preocuparnos por tener que hacerlo solos", afirmó el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell.

GRAN DIVISION

Sin embargo, la profunda brecha abierta entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad augura lo contrario. Frente al único apoyo de Gran Bretaña con que cuenta Washington en este selecto grupo, China se alineó ayer con Francia en su oposición a la guerra, que también comparte Rusia. Cualquiera de estos tres países puede vetar una resolución del Consejo para autorizar la guerra, bloqueando así el respaldo de la ONU que persigue Washington. Incluso si estos países se limitan a abstenerse o votar en contra, hacen falta 9 de los 15 votos del Consejo para aprobar una resolución, y la Casa Blanca aún no los tiene seguros.

Las espadas estarán en alto el lunes, cuando Hans Blix, jefe de inspectores de la ONU, y Mohamed el Baradei, director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, presenten su esperado informe al Consejo, sobre los 60 días de inspecciones en Irak. Este informe es crucial para Bush de cara a la decisión de si inicia la intervención militar. Blix aclaró ayer que no hará un informe, sino un discurso para evaluar la situación.

EN BUSCA DE APOYO

La plana mayor de la Administración de Bush siguió ayer adelante con la campaña para recabar apoyo a su posición firme de castigar a Sadam, algo que estará en disposición de hacer a finales de febrero, por el ingente despliegue militar que se está haciendo en el golfo Pérsico donde en esa fecha habrá 180.000 soldados. "Tanto por lo que hace como por lo que no hace, Irak demuestra que no es una nación resuelta al desarme, sino una nación con algo que ocultar", denunció la asesora de seguridad nacional, Condoleezza Rice. En un artículo publicado por el diario The New York Times , Rice denunció a Irak por "afrontar todavía las inspecciones como un juego", y advirtió de que "se le está acabando el tiempo".

Poco después, el subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, acusó a Irak de haber violado ya la resolución 1441 de la ONU, para su desarme. "Sabemos que Sadam ha ordenado que todo científico que coopere en las entrevistas (con los inspectores) sea ejecutado, así como su familia", denunció también Wolfowitz.